*EN.BEAR-MAGAZINE.COM* GAY EN AFRICA
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Veteañero, n ra niño, trabaja en una agencia seguros a las afueras Nairobi, la pal <a href=" target="_blank">Kenia</a>, y arrea nsigo un secreto: una parte su intidad. Koei un chi trans, pero, n la excepción un par amigos, la gente que lo roa —amigos, vecos, pañeros trabajo, client— no tiene ni ia. Y así preten que siga. “Me preocupa que a mis amigos se l pe s querer”, renoce. El clima políti va a ocultarse. A no llamar la atención. La vida social Koei no cluye bar ambiente: va a algunas fitas l lectivo <a href=" target="_blank">LGTBIQ</a>, “pacs seguros” puntual en Nairobi. En otras ciudas la región, la ia una fita rada n aríris un sueño que queda lejos.</p><p class="">El te Ái parece experimentar en los últimos m una tensa <a href=" target="_blank">oleada homofobia</a>, que también se ensaña n personas transexual. Está en las ley y en los discursos polítis, en los encendidos sermon las iglias, pero también en la lle. Koei, que no quiere partir su apellido ni su lolización exacta por seguridad, ttigo. Él pasa por hombre cis (así se fe a las personas en la que el género asignado al nacer y la intidad sentida cin), y o le da un acco privilegiado a un mundo que le tta. “Gracias a mi <i>passg</i> (el hecho pasar sapercibido o persona trans) cucho muchas nversacn. Y que no se dan cuenta n quién hablan. Un día, por ejemplo, una clienta criba a los hombr que se perforan las orejas, por ‘afemados’. Yo tengo agujeros en las orejas, llevé pendient ant mi transición [ género]”, ríe por teléfono.</p><h3 class="">Patrtismo anti LGTBIQ</h3><p class="">En Uganda, en Kenia o en Tanzania ci un mismo discurso, el que la ainidad patible n ser gay, lbiana, trans o no intifirse o hombre o mujer. Esta ia, la que la suputa agenda LGTBIQ una imposición extranjera, ha sido histórimente uno los argumentos polítis más ados en el ntente. Es un argumento paradóji, cin vars expertos y activistas nsultados, porque las legislacn ntra la homosexualidad en tos país vienen, precisamente, la épo lonial. “Es o si, cuanto más liberal se vuelve Occinte, más nservador nos volvemos. Parece una postura antccintal”, reflexna la abogada tanzana Fatma Kame. “Amás, los polítis tán ando las posturas anti LGTBIQ para nseguir s 15 mutos fama”.</p><p class="">“Hay un páni totalmente prefabrido, que tá siendo fanciado por anizacn fundamentalistas cristianas”, asegura Imani Kimiri, rponsable l partamento legal la<a href=" target="_blank"> Natnal Gay and Lbian Human Rights Commissn</a> (Comisión Nacnal Gay, Lbiana y Derechos Humanos, NGLHRC por s siglas en glés) Kenia. “Usan el argumento que pretenn ‘proteger la cultura aina y los valor faiar”, señala. “Así crean una maquaria homófoba, bifóbi y tránsfoba, y propagandísti que tiene muchos recursos y que disema n éxo rmacn exactas e ignorant”. El empuje la agenda anti LGTBIQ a la vez ternacnal y nacnal, opa Barbara Bompani, profora asociada l Centro Estuds Ainos la Universidad Edimburgo pecializada en religión, políti y sarrollo en Ái. Las relign tán piendo en un merdo en el que, cuanto más alzan la voz ntra la homosexualidad, más fiel nsiguen, asegura. Por ello, las iglias pentestal —que crecen forma acelerada en el ntente, nque no existen cias fiabl— se han vuelto mucho más polítis en la última déda.</p><p class="">El argumento la homosexualidad o una importación l extranjero paradóji, también, porque los fuerzos anti LGTBIQ parecen tar vculados en algunos sos a anizacn religsas, fanciador y activistas Estados Unidos y Europa. <a href=" target="_blank">Una vtigación l Instuto para el Perdismo y el Camb Social,</a> n datos Internatnal Aid Transparency Iniative (IATI) y publida en abril, asegura que la ayuda humanaria vars gobiernos occintal (Estados Unidos, Reo Unido, Noega y País Bajos) abó, forma directa, en anizacn n posturas anti LGTBIQ en Uganda, o algunas iglias. La ntidad ronda los 40 lon dólar (36,72 lon ros) s 2014, nque los gobiernos e stucn cados en el rme se han svculado y han reafirmado su promiso ntra la homofobia. <a href=" target="_blank">Otro rme, te l portal Open Democracy</a>, publido a prcips mayo, apunta a dos ciudadanos tadounins o anizador o laborador la movilización políti que llevó a ta proputa ley en te país aino. Aseguran que una ellas Sharon Slater, lír Fay Watch Internatnal, un <i>lobby</i> ultra nservador EEUU.</p><p class="">El arralamiento l lectivo LGTBIQ tendrá efectos en muchos ámbos, advierten los expertos nsultados, cluida la salud global: según datos la Agencia las Nacn Unidas para la lucha ntra el VIH, <a href=">Onida</a>, en los país don las relacn l mismo sexo tán crimalizadas, la prevalencia l VIH c vec más alta entre hombr gais. Y, cuando ta persecución reciente, se multipli por 12.</p><h3 class="">Una hostilidad creciente</h3><p class="">Lo que se habla en las altas feras la políti, attigua el keniano Koei, tiene efectos en la vida tidiana. Él nota cómo la hostilidad crece en el ambiente en Kenia s el m febrero, cuando la Suprema Corte admió el registro oficial ante el Gobierno la NGLHRC, tras una déda tira y afloja judicial. “Es o si to le hubiera rerdado a la gente que existimos, y ha redoblado el od”, asegura. El tribunal supremo claró el veto ntra la ONG o nstucnal, pero se aseguró cluir la siguiente ase en la sentencia: “Cualquier persona, sea heterosexual, lbiana, gay, tersexo u otra, tá sujeta a sancn si ntraviene ley existent, cluyendo las seccn 162, 163 y 165 l Código Penal (los artículos que stigan las relacn l mismo sexo)”. El printe William Ruto se apruró a puntualizar: “Soy un hombre temeroso Ds (...) Aunque rpetemos a la rte, nutra cultura, valor, la cristiandad y el islam no puen permir que mujer u hombr se sen entre ellos”.</p><p class="">En Kenia la homosexualidad tá penada n hasta 14 años cárcel, pero en la prácti no parece haber una persecución legal tan activa o en otros país cernos. Peter Kaluma preten que to mbie. Este parlamentar la oposición tenta tas semanas llevar alante una proputa ley por la “protección a la faia” que abar varias áreas, cluido el endurecimiento las penas para la homosexualidad y una prohibición expra la ción sexual en las cuelas que promueva “el ssentido LGTBIQ”, expli Kaluma en nversación telefóni n te diar. La norma, todavía en fase tud en el Parlamento, tiene un “apoyo abmador”, según el políti, “porque apela a los sentimientos la gente, que tá realmente preocupada por te asunto”, afirma. Kaluma asegura que le motivó ver cómo jóven n pos recursos son “reclutados” para tener relacn homosexual a mb dero.</p><p class="">Algo parecido se tá difundiendo s algunas tribunas polítis y meds unición en Uganda. Frank Mugisha, director la asociación Morías Sexual Uganda (SMUG), cri la srmación reante en una nversación telefóni. “Algunos meds han publido que somos gais porque se nos paga, han cro que los occintal nos tán nvirtiendo en gais o que tamos adoctrando a niños”. En abril, seis dor fueron tenidos en el te Uganda acados formar parte una red explotación sexual. La policía nfirmó que l había examado analmente, según nunciaron anizacn rechos humanos.</p><p class="">La srmación en Uganda forma parte una ténti mpaña anti LGTBIQ ordada, asegura Oryem Nyeko, vtigador Human Rights Watch, que ha rultado en<a href=" target="_blank"> la tramación te m la nueva ley anti gay</a>, una las más duras l mundo. “Durante m se ha tado alimentando un ambiente miedo”, subraya. La norma, duramente crida por la ONU y por Estados Unidos, ha sembrado ténti terror en la unidad LGTBIQ, clo spués que el printe Yoweri Meveni la volviera al Parlamento y te suavizara algunas part, o la que stigaba n cárcel el mero hecho intifirse o gay o la que obligaba a reportar a suputos homosexual. Ahora, <a href=" target="_blank">Meveni be cidir si promulga la nueva versión, que nna a 20 años</a> la “promoción” la homosexualidad y a pena muerte la “homosexualidad agravada” (que una persona seroposiva tenga sexo). Mientras tanto, las nsecuencias ta ley en la lle ya se notan, asegura Mugisha: “Hay más vlencia, más tencn, más personas siendo expulsadas por s faias. En ta princia, amás, ha habido ataqu a perdistas, enrcelamiento abogados, rt ter y reprión”, aña. Rabow Railroad, una asociación nadiense que ayuda a personas LGTBIQ a par la persecución en s país origen, ha recibido 515 peticn asilo ugans en lo que va año, según rman a te diar, más que ngún año en la déda que lleva trabajando en Uganda.</p><p class="">En Dar Es Salaam, Tanzania, todavía ruenan los es un “operativo anti gay” que el entonc gobernador regnal Dar Es Salaam, Pl Makonda, po en marcha. Amenazó n enrcelar a cualquier persona LGTBIQ, animó a que los ciudadanos se nvirtien en rmador y aseguró haber recibido “cientos” mensaj sobre suputos homosexual. Makonda fue retirado l rgo en 2020, pero hoy el panorama en Tanzania no mucho mejor: el pasado m marzo, lír l gpo femeno l partido en el por, Chama Cha Mapduzi, llamó públimente a la stración los hombr homosexual. El mistro Información, Nape Nnye, ha amenazado n medidas legal ntra quien difundan ntenidos que promuevan las relacn entre personas l mismo sexo, lo que pone en peligro a las pos asociacn que fienn al lectivo en Tanzania.</p><p class=""><i>Pues seguir a PLANETA FUTURO en </i><a href=" target="_blank"><i>Twter</i></a><i>, </i><a href=" target="_blank"><i>Facebook</i></a><i> e </i><a href=" target="_blank"><i>Instagram</i></a><i>, y scribirte </i><a href=" target="_blank"><i>aquí</i></a><i> a nutra ‘newsletter’</i>.</p></div><sectn class="w w-sea"><h3 class="w_t">Sobre la firma</h3><div class="w_b"><div class="_g _g-xs"><figure class="w-sea_f a_m-h c_m--nf"><span class="a_m_w _db"><img alt="Raquel Se" dg="to" class="_re lazyload a_m-h" height="100" width="100" loadg="lazy" src="></span></figure><div class="w-sea_txt"><div class="_df"><div class="w-sea_txt_na"><a href=" rel="tor_bottom">Raquel Se</a></div><div class="w_rs_i"><a class="_btn " href="!/raquelse" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><svg class="in_social_twter | w-sea_txt_i" viewBox="0 0 26 26"><tle>Raquel Se - twter
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